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¿Hambruna en puertas?

“El estómago es cruel. Si no le das algo de comer, no te dejará dormir. En los primeros días de inanición, el hambre puede disminuir mientras el cuerpo trata de adaptarse a lo que podría ser un episodio corto de deseo. Luego de un tiempo, cuando la crisis continúa, la preocupación por obtener comida se intensifica anulando en el hambriento su sentido de morali- dad y autoestima. El meticuloso se desaliña, el amable se hace agresivo, la fraternidad y el amor se marchitan. El juicio se desvanece, el delirio y la ansiedad se apoderan de la mente. El hambriento se convierte en psicótico.” Es, clara- mente, una tortura.

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